Durante el día, al observar los objetos en los cuales la luz del sol está pegando, nos damos cuenta que la luz del sol que llega a la tierra es incolora, por lo menos eso parece a nuestros ojos.
Si vemos a través de un telescopio al sol, nos damos cuenta que en verdad el sol no es incoloro, ni blanco sino que es amarillo con tonalidades anaranjadas.
¿Cómo está formada la luz del sol?
En verdad los rayos de la luz solar están compuestos de 7 colores, que al estar unidos dan una sensación de transparencia, pero que al separarlos con ayuda de un prisma vemos 7 rayos de luz, cada uno con un color, dichos colores son los mismos del arcoíris: rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, azul oscuro y violeta.
Pero estos colores son solo los encargados de producir la luz visible, además de esta luz el sol también expide la luz ultravioleta y la luz infrarroja, aunque no son visibles al ojo humano tienen su función, la luz infrarroja por su parte es la que produce la mayor parte del calor.
Además de la composición óptica, también está la composición química de la luz solar, y es que aunque a veces se piensa que la luz solar no es más que algo óptico, también es necesario tener en cuenta que arrastra consigo algunos químicos.
La más importante para la vida humana ha sido la vitamina D, que durante muchos milenios fue la mayor fuente de vitamina D. Necesitamos de esta vitamina para que nuestros huesos tengan una correcta absorción del calcio, por tanto necesitamos al sol, en la actualidad se puede sintetizar en laboratorios esta vitamina.