Siendo que la dermatitis atópica es crónica y no existe en si una forma de pararla, e incluso en los pacientes donde se muestra mejoría o cura con el paso de los años, esto se debe más a un proceso biológico, que a un proceso de curación a partir de químicos o plantas.
El tratamiento tiene como objetivo disminuir la aparición de las brotes atópicos y las molestias o intensidad durante los mismos.
Disminuir los efectos manteniendo hidratada la piel:
Es importante el uso de cremas naturales hidratantes no solo en la zona afectada, sino también en toda la piel, con el objetivo de disminuir la resequedad, principalmente en el rostro, piernas y brazos puesto que estas zonas están más expuestas a agentes alérgenos como el polvo y el viento, en este caso recomendaremos la clásica sábila o aloe, cuya principal aplicación siempre ha sido la de eliminar la resequedad, manteniendo hidratada la zona afectada.
Disminuir el picor:
* Se recomienda el uso de aceite de sándalo, ya que tiene importantes propiedades beneficiosas como antihistamínico y como antiinflamatorio, es además muy conveniente su uso en urticarias, debido a que hidrata eliminando el problema de piel deshidratada, que es un agravante en los casos de esta enfermedad.
Sándalo
* Si mantiene bien hidratada la piel y calma la sensación de picor la intensidad de la dermatitis atópica será mucho menor, entre otros motivos el hecho de que el niño ya no se esté rascando disminuirá la propagación y gravedad de la urticaria.
El tratamiento natural se basa en estos dos aspectos, pero además de este tratamiento es muy importante e incluso más alejarse de los factores alérgenos, como son el polvo, pinturas y ciertas telas, si la dermatitis atópica está asociada a una enfermedad celíaca, será necesario tener una dieta adecuada eliminando los alimentos que contengan gluten.